Rutinas incandescentes
Cuando parecía que ya había superado las efímeras inconsistencias de mi espíritu, y después de unos días de retiro offline, vuelvo a la rutina madrileña y me encuentro con un panorama desolador. Nada tiene el sentido que le había dado anteriormente, no se si serán los colores, la luz, los sonidos o los amorfos humanoides con los que me cruzo, pero nada se parece a como lo había dejado antes. Me han cambiado el escenario sin previo aviso, yo lo había dejado todo preparado para equivocarme, y ahora, ya no tiene sentido tal equivocación.
Tengo la extraña sensación de que cada cosa que hago la hago simple y exclusivamente porque la tengo que hacer, sin ninguna otra razón aparente, y estas rutinas incandescentes hacen que se me revuelvan las entrañas.
Será que no estoy interpretando lo que me rodea y envuelve con el prisma adecuado, pero sea como sea, el camino que tengo ante mi es tan desolador que necesito un suero musical adecuado para aplacar el sentimentalismo que estos días me embriaga. Desde mi atalaya genética seguiré resistiendo cualquier embite del mundo real.
Tengo la extraña sensación de que cada cosa que hago la hago simple y exclusivamente porque la tengo que hacer, sin ninguna otra razón aparente, y estas rutinas incandescentes hacen que se me revuelvan las entrañas.
Será que no estoy interpretando lo que me rodea y envuelve con el prisma adecuado, pero sea como sea, el camino que tengo ante mi es tan desolador que necesito un suero musical adecuado para aplacar el sentimentalismo que estos días me embriaga. Desde mi atalaya genética seguiré resistiendo cualquier embite del mundo real.
Etiquetas: Neurax Mind
1 Comments:
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martes, 08 abril, 2008
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